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La sostenibilidad no viene en una etiqueta

Hoy en día la SOSTENIBILIDAD es una palabra que se ve plasmada como algo mágico en todas las etiquetas de cualquier producto para que compremos sin el sentimiento de culpa. Ese sentimiento que poco a poco la moda ecologista lo ha puesto en boga.


Fotografía: https://www.purelabels.com

Es importante que esta palabra se ponga cada vez más de moda, me parece importantísimo que la sostenibilidad sea tema de conversación, que adquiera su papel protagónico, pero en el fondo también me asusta que sea explotada por los medios para aprovechar hasta el último centavo que pueda producir por medio del marketing, que sea juzgada por los aspectos más superficiales, y olvidada cuando llegue otra palabra más llamativa.


A raíz de esta palabra, nacen algunas interrogantes: ¿es fácil llevar una vida sostenible? o ¿es un estilo de vida más privilegiado?



He estado averiguando sobre esta “moda” y sus efectos, y he podido encontrar 3 puntos importantes de los que se debe hablar.


1)      La sostenibilidad es para todo el mundo

A todos en el mundo debería preocuparnos, sin importar nuestra capacidad adquisitiva, poder tener un nivel de conciencia sustancial, que permita reducir nuestro impacto negativo en el mundo. Muchos grupos que luchan por un futuro sostenible están formados por campesinos e indígenas —poblaciones que han sido históricamente oprimidas y que suelen estar por debajo de la “línea de pobreza“— Ellos, mejor que todos nosotros, conocen de primera mano nuestra relación de dependencia con la Tierra, y saben que un planeta enfermo no puede sostenernos durante mucho tiempo; además, ven directamente los efectos de nuestros malos hábitos reflejados en la deforestación, la contaminación del agua, el empobrecimiento de los suelos, cosas que, desde las ciudades, quedan “cómodamente” escondidas detrás de los edificios y la cotidianidad.


Mientras tanto, nos presentan a la “sostenibilidad” como ciertos estándares de consumo, que son solo accesible para la gente con mayores recursos económicos; sin embargo,  si definimos la palabra sostenibilidad, sabemos que el consumo más sostenible es el que no se hace. Por eso, reducir nuestra huella de carbono debería ser posible para todos.


2)  Los productos y las marcas sostenibles no existen

Esta afirmación puede sonar muy radical o fuerte para muchas personas, pero es completamente real. UN PRODUCTO NO PUEDE SER SOSTENIBLE POR SI MISMO, ya que lo que define su impacto no es solo su existencia sino el uso que se le va a dar y cómo será desechado, y esto solo depende de los usuarios del producto y su nivel de conciencia al respecto.


Fotografía: https://identitydesigned.com/fruita-blanch/

En la actualidad existen marcas y productos que son más dañinos que otros, pero al mismo tiempo hay quienes están intentando ser consientes con el medio ambiente y la necesidad del consumidor, tratando de reducir la huella ambiental y generar un cambio de hábitos. Es importante entender que si estás interesado en tener una vida más sostenible no tienes que gastar todo tu sueldo en un kit de productos eco sustentables, lo que deberíamos hacer es crear conciencia de si necesitamos esos productos y hacer uso responsable de estos, intentando siempre optar por alternativas con una huella ambiental menor. También, podemos optar por crear nosotros mismos productos de diario uso, de una manera más responsable y amigable, sin la necesidad de gastar en una marca específica o cara.


3)  La sostenibilidad requiere compromiso y cambio profundo. Hay que pensar que no solo los humanos habitamos el planeta, sino que somos una diversidad de especies.

Todos los gestos por más pequeños que sean son importantes para entrar al camino de la transición hacia la sostenibilidad. Pero para cambiar realmente el mundo necesitamos irnos moviendo hacia los cambios grandes y ambiciosos.


Muchas veces, cuando se habla sobre sostenibilidad, se habla sobre el bienestar de los humanos. Nuestro acceso al agua potable, nuestro derecho a disfrutar de playas limpias, a comer cosas sanas, a respirar aire puro, y de vez en cuando se hace referencia a los animales que comen trozos de plástico en el mar, o a los que caen en manos de los cazadores. Muy rara vez se habla de los animales domesticados, y mucho menos de esos que usamos como comida.


La sostenibilidad es una palabra que nos inventamos los humanos, ya que había que ponerle nombre a eso que nos parecía tan ajeno, eso que la naturaleza (cuando no interferimos nosotros) hace sin ningún esfuerzo: mantenerse a sí misma, renovarse aprovecharlo todo y seguir adelante en buen equilibrio.


Cuidar de los nuestros está bien, es la lógica básica de la perpetuación de las especies; pero si seguimos cuidándonos sólo a nosotros sin tener en cuenta a los millones de seres vivos que están siendo afectados directamente por nuestras pésimas decisiones, no vamos a llegar muy lejos. Necesitamos a la naturaleza. Pensar que todo gira en torno a nosotros es parte del problema.


En un mundo sin abejas, por ejemplo, los humanos nos quedaríamos sin alimentos en poco tiempo (porque ellas polinizan muchísimos de los vegetales que consumimos) y nos extinguiríamos. A ver si así recordamos que no estamos solos en la Tierra, y que cualquier discurso sobre sostenibilidad tendría que incluir a los otros seres vivos.


Y bueno…


Hay muchos factores de los que dependen esta transición hacia un modo de vida más consiente y sostenible. Para iniciar un camino hacia la sostenibilidad, cambiando nuestros hábitos diarios, es importante el compromiso con uno mismo. Saber que el cambio comienza dentro de casa y que los hábitos se transformaran si nosotros nos proponemos a ello. Se habla mucho de las 5Rs (Reciclar, Rehusar, Recuperar, Restaurar y Reducir), pero para comenzar esta transición lo más importante es reconocer qué es la SOSTENIBILIDAD y concentrarnos en la reducción de nuestros residuos.


De la sostenibilidad se pueda hablar muchísimo, pero al final del día el ser sostenible no viene escrito en un envase, el ser sostenible viene del compromiso y dedicación que le pongamos. ¡Sin importar el poder adquisitivo que tengamos, cada una de las personas debería poder trabajar desde su trinchera con las herramientas y destrezas que tiene para ser un Guardian del Planeta!


Sobre la Autora


Carla Rizzo

Project Manager, comunicadora y consultora independiente con experiencia en responsabilidad social corporativa, organizaciones humanitarias y proyectos comunitarios. Actualmente dirige la fundación EPICENTRE, donde trabaja con comunidades en proceso de transición hacia la sostenibilidad, y forma voluntarios para ser guardianes del planeta.



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