Todos en algún momento de nuestra niñez y adolescencia pasamos por ese momento: ¡se acabaron las vacaciones y es hora de ordenar todo para empezar un nuevo año escolar!
Diversas emociones nos invaden y una de ellas es la preocupación de saber qué podemos hacer con las cosas usadas, con poco y casi nada de uso que quedan del año finalizado.
Tenemos libros, cuadernos, revistas, hojas impresas y cartulinas en nuestros hogares. Si se sienten identificados ante esta escena, les quiero compartir algunas recomendaciones para que puedan organizarse mejor y al mismo tiempo cuidar el medio ambiente:
El primero paso es realizar una revisión de todo lo que tenemos disponible en material escolar.
Es importante empezar a juntar los artículos iguales. Si los colocamos en cajas marcadas se podrá identificar rápidamente el contenido. Con este proceso estaremos seguros de qué no usaremos, qué podemos regalar, vender o reutilizar.
Todos los objetos que ya no vamos a utilizar los podemos enviar al reciclaje. Por ejemplo, lápices ya desgastados, esferos y bolígrafos.
¿Y ahora qué hacemos con los artículos que hemos separado? Una opción es entregarlas a los gestores de vereda que realizan la recolección antes que el camión de la basura. Recordemos siempre dignificar el trabajo de los demás. A nuestros alrededor existen recicladores, mas no minadores. Con esta acción no solo ayudamos al planeta sino también estamos apoyando indirectamente al sustento de las familias gestoras de desechos.
Por otro lado, podemos comunicarnos con las fundaciones que se dedican al acopio y a la recolección in situ. Así, la basura recolectada es llevada a los grandes centros y los fondos son usados como sustento o autogestión de estas organizaciones.
Al saber qué materiales podemos reutilizar, evitaremos comprar lápices, bolígrafos, borradores, reglas; en fin todos los artículos escolares que estén en buenas condiciones. Esto significa un ahorro económico y consciente. Aunque no son artículos nuevos sirven para lo mismo. Si es inevitable comprar artículos nuevos, optemos por hojas de papel reciclado, papel de caña o materiales biodegradables.
En el caso de los uniformes, podemos arreglarlos si solo tienen algunos defectos pero si debemos hacer un cambio de talla, podemos optar por venderlos o regalarlos a niños de otros grados.
Es posible organizarse entre grupos de padres para obtener beneficios como regalar o intercambiar libros que estén en buenas condiciones.
Ya en el transcurso de este nuevo año escolar, podemos empezar a crear nuevas costumbres en nuestros niños y jóvenes. ¿Qué tal preparar los refrigerios en casa? Si usamos recipientes reutilizables podemos evitar desperdicios.
El deterioro del ambiente está estrechamente relacionado con el consumismo. Nuestro reto es aprovechar lo que tenemos a la mano. Reciclar es una acción simple que contribuye de manera significativa a disminuir basura, gases, agua y procesos industriales. Con cada acción podemos acercarnos a un mejor mundo para nosotros, nuestros hijos y generaciones futuras.
Sobre la Autora
María José Ocampo
Ser humano, interesada en mejorar sus hábitos en favor del planeta. Diseñadora de modas y recicladora desde 2004. Creadora y co-fundadora de 3rBag, iniciativa dedicada a la elaboración de bolsas y bolsos de telas a partir de tejidos reciclados.
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