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¿Qué hay detrás de los superfoods?

Actualizado: 12 sept 2019

Quinua, chocolate negro, almendras, té verde, chía, kale son algunos de los alimentos que pueden volverte saludable si los consumes. O eso es lo que has escuchado. Pero, ¿puede un alimento realmente hacer milagros en tu cuerpo? ¿Convertirte en alguien saludable de la noche a la mañana?


La primera vez que se habló de los superfoods o súperalimentos fue alrededor de la primera Guerra Mundial. En ese momento, la empresa americana United Food Company utilizó el término como estrategia de marketing para recomendar el consumo de plátanos por lo nutritivos y baratos que eran. Los médicos empezaron a incluir el término en los estudios que publicaron durante esa época y los medios hicieron eco de los mismos, convirtiendo a los plátanos en un superfood. Un siglo más tarde, con la tecnología y las redes sociales como respaldo para viralizar contenidos, el término superfood se puso de moda otra vez y los supermercados aprovecharon para obtener millonarias ganancias por estos alimentos que llevan la etiqueta de súperalimento. ¿Cómo? Con “investigación científica sobre un alimento en particular, titulares atractivos en la prensa de ritmo acelerado, comerciales y campañas de marketing de las industrias alimenticias involucradas”, según expone el artículo ‘Superfoods or Superhype?’ del Colegio de Salud Pública de Harvard. 

¿Puede un alimento realmente hacer milagros en tu cuerpo? ¿Convertirte en alguien saludable de la noche a la mañana? Foto: pasadenanaturalhealth.com

Muchos de estos alimentos sí son altamente nutritivos pero lo más importante es que cada persona escuche su cuerpo y defina si realmente le conviene o no consumirlos. Al final, la comida es medicina, pero es tanto como el bienestar emocional, el ejercicio o dormir bien.


Lo que realmente marca un cambio en la salud es un estilo de vida adaptado a las necesidades, rutinas y preferencias de cada persona. Por eso, más que hablar de superfoods, en este artículo exponemos ciertos alimentos nutritivos que si nunca los has probado, puedes intentar incorporarlos a tu dieta porque sí pueden hacer un cambio. Si no te sientan bien, no debes consumirlos. Lo importante es mejorar el estilo de vida y no seguir las corrientes publicitarias de la salud porque cada organismo es distinto.


1.      Aceite de oliva extra virgen: protege la mucosa del estómago y por ende, evita el reflujo, contiene ácido oleico que hace que aumente el colesterol bueno (HDL) en la sangre y reduzca el malo (LDL). Además, es más resistente al calor por lo que no se convierte en grasa saturada al cocinarlo. Es antiinflamatorio porque contiene oleocantal, un compuesto orgánico que inhibe el dolor.

Aceite de oliva extra virgen protege la mucosa del estómago y por ende, evita el reflujo. Foto: Freepik

2.      Quinoa: se puso de moda en Estados Unidos entre el 2013 y el 2014, pero ha sido un alimento consumido por los indígenas de Sudamérica desde hace unos 8.000 años. Es una proteína completa, que contiene los 8 aminoácidos esenciales, vitamina B, hierro, zinc, potasio, calcio y vitamina E; además no tiene gluten por lo que es un buen sustituto al arroz blanco, que muchas veces es muy procesado.


3.      Chocolate negro: el chocolate negro es un gran reemplazo al chocolate con leche, por el bajo contenido en azúcar y el cero contenido de lactosa. Sin embargo, el ingrediente clave es el cacao. Tiene potasio, hierro y magnesio, que ayuda a reducir el estrés. Además, contiene alcaloides que interactúan con los neurotransmisores para crear una sensación de bienestar. 


4.      Aguacate: es un alimento saciante, con más o menos 20 vitaminas y minerales, entre la que está la vitamina K, que ayuda a prevenir la osteoporosis. También tiene un compuesto químico llamado beta-sitosterol que ayuda a regular el colesterol en la sangre. Además, puede usarse por su textura cremosa en batidos, postres o el clásico guacamole.


5.      Alcachofas: es uno de los vegetales con mayor cantidad de antioxidantes, que ayudan a mejorar el sistema inmune y evitar varias de las enfermedades más graves. Limpian el hígado y actúan como  prebióticos, por lo que promueven el crecimiento y desarrollo de las buenas bacterias que habitan el intestino y previenen el estreñimiento.

6.      Hojas verdes: la espinaca, acelga, kale (col rizada) y rúcula mejoran la piel por su contenido de beta-caroteno, previenen el envejecimiento, ayudan a controlar los picos de azúcar; son desintoxicantes naturales por la clorofila y ayudan a estimular el hígado. Tomarlas en batidos y sopas o comerlas en ensaladas es la mejor forma de aumentar su consumo.


Las hojas verdes puedes consumirlas en batidos y sopas o comerlas en ensaladas. Foto: rawpixel.com - www.freepik.es

7.      Frutos rojos: las frutillas, moras, arándanos y frambuesas tienen muchos nutrientes y antioxidantes, pero sobre todo son muy buenos alimentos para combatir los antojos de azúcar por su sabor dulce. Además, ayudan a controlar la respuesta a la insulina, por lo que evitan los picos de azúcar en la sangre.


Otros alimentos como la chía, las algas, las nueces, el té verde y el salmón son nutritivos y tienen tantos beneficios como la mayoría de comida natural, no procesada. Así que no te dejes guiar por titulares atractivos que te prometen bajar de peso o mejorar tu salud drásticamente. A veces, por las hormonas, por el medio ambiente o por situaciones personales/emocionales puedes no tolerar ciertos alimentos. Prueba cuáles te sientan bien y te gustan e incorpóralos a tu dieta. Y recuerda que la comida no es lo único que te da salud.


Sobre la Autora



Julia Escudero


Periodista, video-reportera y Health Coach. Interesada en sanar la relación con el cuerpo a través de la alimentación y un estilo de vida saludable.


Instagram: @sunlight.food

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