Desde que inicié Nuna Lifestyle la reflexión que siempre viene a mi es, ¿cómo empezó mi camino hacia un estilo de vida más ético y sostenible? Cuál fue el detonante, ese momento donde empecé a ver las cosas de una manera distinta... Si bien no sucedió de la noche a la mañana y siempre he dicho que fue una consecuencia de varias situaciones que pasaron en mi vida (el trabajo, vivir en una nueva ciudad, etc.), no fue sino hasta hace unos pocos meses que me di cuenta que había estado ignorando el verdadero punto de partida, el yoga.
Empecé hacer yoga luego de una lesión en mi lumbar y jamás me imagine que algo que comenzó como una necesidad física me haría conectarme de una manera tan distinta conmigo misma y con mi entorno. Hoy lo practico en el estudio 108 Yoga, y la historia de su profesor y co-fundador, Pablo Jaramillo, es sin duda una fuente de inspiración que les quiero compartir.
Pablo, no siempre fue yogui, trabajó durante 8 años en una multinacional, pero lo que le llevó a descubrir el mundo del yoga fue justamente su salud. A los 15 años sufrió un colapso en su columna vertebral, producto de muchas "cargas", pues no olvidemos que el estado de nuestro cuerpo es un reflejo de lo que hacemos y sentimos. Luego de visitar distintos doctores y traumatólogos, cada uno con un diagnóstico diferente, encontró en la fisioterapia y el pilates las únicas alternativas para aliviar su dolor. Sin embargo, luego de 3 años de trabajar en la monotonía de un escritorio, sumado al estrés laboral, el pilates ya no fue suficiente, su espalda tuvo un retroceso y es ahí donde el yoga se convirtió en una nueva solución. Pero esta vez la solución resultó ser mucho más integral de lo que Pablo se imaginaba, como él bien dice "el cuerpo te empieza a hablar", por lo que ser más consciente con lo que comía se volvió en algo natural, al punto de hacerse vegetariano (pero esa es otra historia).
Volviendo al yoga, Pablo avanzó rápidamente en su práctica, ir a cada clase era su momento de desfogue, pero lo hacía en un gimnasio convencional donde la búsqueda de la "perfección" en cada pose era la meta y es así que terminó con una lesión grave, tan grave que su doctor le pidió que dejará el yoga y esa no era una opción. Luego de probar con otros profesores y sin encontrar uno que pueda adaptarse a su problema, tomó una decisión: "Decidí estudiar yoga no para ser profesor, sino para poder sanarme a mi mismo".
Lo que empezó como un camino de sanación física, se convirtió en un cambio completo de vida. Así como cuando todo se alinea, la salud de Pablo y la desconexión con su trabajo se unieron y ese fue el detonante para renunciar y emprender un viaje de descubrimiento al Asia, donde pasó varios cursos de yoga, hasta terminar en un profesorado en Bali, Indonesia. Aquí descubrió el lado espiritual de esta disciplina, ese que Pablo ya había empezado a sentir, pero que nadie le había presentado formalmente. Semanas intensas de sanación emocional cambiaron su misión y es ahí que decidió que debía compartir todo lo aprendido.
Durante el siguiente año y medio impartió su práctica de manera gratuita, mientras leía sobre nuevos estilos y filosofías. Como Pablo nos cuenta "todo yoga es terapéutico", sin embargo, existen un sin fin de maneras de hacerlo y la clave está en encontrar el que más se adapte a nosotros. Es así, que en este proceso descubrió que el yoga con el que más se identificaba era aquel que no generaba competencia, ni buscaba perfección, sino el que le permitía conectarse con su espiritualidad a través del trabajo con su cuerpo, y esto lo encontró en el Kaiut Yoga.
El Kaiut Yoga, creado por Francisco Kaiut, busca "mantener y recuperar la movilidad de nuestro cuerpo a través de posturas del yoga tradicional y posturas adaptadas a las necesidades de cuerpos rígidos o hiperflexibles, muy comunes en la vida moderna". De esta manera, evita el envejecimiento prematuro del cuerpo, relaja el sistema nervioso y nos devuelve la libertad de movimiento. En el Kauit, Pablo encontró su filosofía de vida y las respuestas que siempre había estado buscando, pues juntaba toda la espiritualidad de su experiencia en Bali con una lectura moderna del yoga, que le ayudó a tratar sus lesiones.
Hoy Pablo imparte Kaiut Yoga en 108 Yoga, estudio que tiene junto a su socio Juan Carlos Aguilera. El estudio lleva este nombre por una leyenda oriental que dice que existen 108 formas de encontrar tu espiritualidad, donde no importa el estilo de yoga sino la filosofía del SER, esa que nos habla de encontrar momentos que nos permitan SER nosotros mismos. Leer un libro, bailar o tener una conversación profunda con un amigo, son solo algunos tipos de momentos; no importa lo que hagamos, lo importante es que sirvan como meditación para mirarnos hacia adentro y entender cómo somos.
Al terminar nuestra charla, Pablo nos recuerda que existen muchas maneras de encontrar esa armonía entre cuerpo, mente y espíritu. Nos reconforta entender que nuestro camino no necesariamente tiene que ser el de él, pero sabemos que en su estudio podemos encontrar el espacio ideal para iniciar nuestra propia búsqueda.
Si quieres conocer más de 108 Yoga visita www.108yoga.ec .
Sobre la Autora
Daniela Álvarez
Creadora de @nunalifestyle. Comunicadora y MBA en Emprendimiento e Innovación. Actualmente se desempeña como marketera y se define como fan de las marcas con impacto. Cree en el consumidor como agente de cambio.
Instagram: @danyalvarezy
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