¿Cuánta de la ropa que tenemos en nuestro closet en verdad nos ponemos? ¿Cuántas veces hemos comprado algo por impulso y no lo hemos usado más de 2 o 3 veces? ¿Cuántas de las cosas que guardamos en la bodega de nuestra casa han vuelto a salir de ahí en el último año?
Para éstas y otras preguntas solo hay una respuesta: ACUMULADORES. Los seres humanos por naturaleza acumulamos cosas, unas se quedan “por sea caso” y de otras no somos capaces de deshacernos por nostálgicos. La realidad es que mientras por un lado acumulamos, por otro estamos en un mundo consumista que no se sacia de ofrecernos más cosas… cosas que no siempre se hacen en las mejores condiciones.
Como dato curioso, en este mes de Abril se conmemoran 5 años del colapso del edificio "Rana Plaza", en Bangladesh, donde murieron 1.129 personas y más de 2.000 resultaron heridas. En él funcionaban cuatro fábricas de ropa donde se producían prendas para marcas como Benetton, Mango, Zara, entre otras, las cuales no tienen un adecuado control de las condiciones en que trabajan sus maquiladores.
Así llegamos a tres problemas:
1) Compramos sin estar seguros de necesitar lo que estamos adquiriendo.
2) Ni siquiera nos cuestionamos cómo se hizo lo que estamos comprando.
3) Acumulamos sin tener un plan para darle una segunda oportunidad a nuestras cosas.
Pues bueno, ustedes dirán, y ¿qué podemos hacer?
A partir de la tragedia en Bangladesh, el comercio justo, así como la moda ética y sostenible, han tomado más relevancia. Se han creado movimientos como Fashion Revolution (que también existe en Ecuador), para que los consumidores seamos más conscientes a la hora de saber qué compramos y así exigir mayor respeto para los trabajadores y el medio ambiente. Pero contarles sobre este movimiento es tema de otra nota… Lo que sí les quiero compartir hoy es lo que yo he empezado hacer.
Primero, cuestionarme si en verdad necesito lo que voy a comprar. Si lo necesito y quiero que sea nuevo, debo cuestionarme su precio, porque si algo es muy barato seguramente alguien más “pagó ese precio”, ya sea porque quién lo hizo no recibió un pago justo o porque no se controló el impacto ambiental al producirlo. Finalmente, si compré algo nuevo debo siempre tener un plan para darle una “segunda vida” cuando ya no lo use, y si no, explorar la posibilidad de comprarlo usado.
En esta última parte es donde he descubierto un fascinante mundo que poco a poco va ganando más espacios en Quito.
Para entender mejor la dinámica de los mercados de segunda mano conversé con Camila Lira, creadora del “Pulgón del Parque”, quien empezó hace casi 2 años en Cumbayá y ahora está enfocada en hacer mercados en Tumbaco y Quito, apoyada por sus socia y amiga del alma, Damiana Calle. Como ella nos cuenta ya son unos 30 mercados realizados, “desde los más pequeñitos hasta los medianos de hoy en día que queremos que nunca sean enormes”. Su mayor satisfacción es ver lo útil que es el proyecto tanto para los que compran como para los que venden; se genera un consumo más consciente y sustentable que aporta con el planeta, mientras se ayuda a las personas a conseguir cosas que realmente necesitan a un precio muy conveniente.
Sobre los tesoros más preciados que ha encontrado en un mercado de pulgas, dijo que sus favoritos son un hermoso vestido largo, blanco que le sirve para toda ocasión y un libro de “La Princesa y la Felicidad” que les había regalado a sus hijas. Lo que me recordó que en mi primera experiencia en un mercado de segunda mano conseguí este blazer gris a $10 dólares, y hoy es uno de mis favoritos.
Como bien me dijo Cami “hay que cambiar nuestra manera de pensar”. Crear un ciclo responsable de consumo es la única alternativa que tenemos para equilibrar la balanza de todas las cosas que año a año ingresan a nuestras casas.
Si quieren vender o comprar cosas usadas sigan al @PulgonDelParque .
Si quieren conocer las actividades educativas que estará realizando Fashion Revolution en nuestro país sigan a @FashionRevolutionEcuador .
Sobre la Autora
Daniela Álvarez
Creadora de @nunalifestyle. Comunicadora y MBA en Emprendimiento e Innovación. Actualmente se desempeña como marketera y se define como fan de las marcas con impacto. Cree en el consumidor como agente de cambio.
Instagram: @danyalvarezy