Las personas mayores de 50 o 60 años nos cuentan cómo era antes; compraban la leche en envases de vidrio retornables, llevaban sus canastas al mercado y sus bolsas de tela para comprar el pan. Eso era lo normal. Luego llegó la modernidad, y con ella los alimentos procesados, en empaques plásticos llamativos y desechables. El plástico es un material muy conveniente para empacar diferentes productos, ya que es extremadamente barato y versátil. Podemos acceder fácilmente a una gran variedad de productos empaquetados en plástico en cualquier tienda o supermercado, y para llevarlos usamos también bolsas de plástico.
Comprar de esta manera, nos resulta conveniente ya que ahorramos tiempo y no tenemos que preocuparnos por cómo vamos a llevar los productos a casa. Pero tal vez nunca anticipamos las consecuencias de generar tal cantidad de desechos plásticos. El plástico no es un material biodegradable, el porcentaje que se recicla es mínimo y no todos los tipos de plástico se pueden reciclar. La cantidad de desechos plásticos que generamos se salen de nuestro control y desconocemos su destino, unos terminan en rellenos sanitarios donde contaminan aguas subterráneas, otros son incinerados emitiendo gases de efecto invernadero, o sino llegan a playas y mares donde miles de animales mueren anualmente por la ingesta de plásticos.
Hoy en día existen islas enteras de plástico flotando en algún lugar de los océanos y lejos de ser una realidad lejana es una situación grave que nos está afectando a todos. Es posible que nosotros también estemos ingiriendo plástico sin enterarnos. Los peces ingieren plástico y luego las personas nos comemos a esos peces. En un estudio reciente encontraron micropartículas de plástico en el 75% de muestras tomadas en el agua potable de Quito.
La buena noticia es que mayoría de estos desechos plásticos pueden ser evitados. Comprar a granel o sin envase está de moda, y aunque no es nada nuevo, es parte de un movimiento a nivel mundial que busca reducir la basura que producimos y repensar nuestras formas de consumo. Para comprar a granel sin generar basura lo más importante es estar bien preparados. Planificar lo que vamos a comprar nos ayudará a visualizar que tipo de envases podemos usar. Cajas, canastas, costales, bolsas de tela, envases de vidrio o tarrinas, envases retornables o de materiales biodegradables, son todas buenas opciones.
Para las compras yo recomiendo llevar una bolsa o canasta grande y varias bolsas pequeñas reusables para los diferentes productos que necesiten ir en bolsas separadas. Las bolsas de tela las puedes hacer tú mismo o conseguir en CICLO, un emprendimiento que ofrece bolsas reusables de distintos tipos. A veces conviene también llevar tarrinas o una tela reusable encerada o plastificada para cosas como el queso, el jamón o la mantequilla.
Hay muchísimas cosas que se pueden comprar sin empaque: frutas y verduras, harinas, granos, cereales, nueces, frutos secos, sal y azúcar, tés, café, golosinas, productos lácteos, huevos, carnes, comida de mascotas, incluso productos de limpieza y cuidado personal. Eso sí, es importante saber donde ir.
Los mercados y sus alrededores son lugares maravillosos para conseguir productos sin empaque. Por ejemplo en los alrededores del mercado de Santa Clara hay varias tiendas en donde venden toda clase de productos al peso.
En los últimos años también han abierto tiendas especializadas en productos a granel, tales como Juan Granel en Cumbayá y Te Quiero Verde en La Floresta. Las ventajas de estos sitios es que ponen especial cuidado en la calidad y el origen de los productos. Promueven el consumo de productos saludables, de comercio justo, local y apoyan a pequeños productores de tal forma que el cliente tiene la garantía de la calidad social y ambiental de los productos. Otra ventaja es que se puede encontrar una gran variedad productos saludables que en otras partes no hay, por ejemplo granola de chocolate, o ricas galletas artesanales. Por lo general en otras tiendas con productos orgánicos y saludables también hay una sección de productos al peso.
Pero no hace falta ir a tiendas exclusivas a granel para hacer pequeños cambios en nuestra vida cotidiana que nos ayuden a reducir nuestros desechos plásticos y empezar a comprar más cosas sin empaque. Con tener siempre a la mano una (o más) bolsas reusables y nuestra botella de agua ya estaremos evitando un montón de basura plástica innecesaria. Otra cosa sencilla que podemos hacer es preferir otros tipos de empaques reciclables que no sean de plástico, por ejemplo bolsas de papel, envases de vidrio o de cartón. También podemos optar por productos en envases retornables. Las gaseosas y cervezas aún mantienen este sistema y funciona muy bien. En lo personal también compro el shampoo y el yogurt en envases retornables.
Es así, que comprar al peso o a granel requiere preparación, planificación, y práctica. Pero es posible y vale la pena hacer pequeños cambios en la medida de nuestras posibilidades. Pequeñas acciones sumadas pueden tener un gran impacto y promover una economía y políticas que tomen en cuenta nuestro bienestar y el de nuestro planeta.
Sobre la Autora
Gabriela Jaramillo Dávila
Ecóloga, socióloga y madre. Amante de la naturaleza y apasionada por contribuir a cambios sociales que nos permitan mejorar nuestra calidad de vida y la de nuestro planeta. Ha participado en varios proyectos relacionados con el medioambiente, huertos escolares, permacultura, y agroecología. Actualmente trabaja en Ecobolsas CICLO, un emprendimiento que busca reducir la basura generada por el uso de bolsas plásticas desechables ofreciendo alternativas reusables.
Para contactarse puedes escribir a ecobolsasciclo@gmail.com
Instagram: @ciclobolsas
Facebook: @ciclobolsas
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